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Elección del mejor compañero

Año tras año en cada escuela y en todos los grados, se realiza la elección del mejor compañero. Esta actividad se sigue haciendo por dos razones: 1) tradición escolar. 2) para premiar actitudes “morales”, “destacables” y/o “solidarias” de un alumno en relación a sus pares.

En los primeros grados de la escolaridad, ésta es una actividad muy difícil de realizar (si se la quiere hacer con algún sentido y no sólo para cumplir con el mandato institucional) porque los más pequeños eligen a sus mejores amigos. Es muy complejo para ellos poder tener en cuenta distintas variables al mismo tiempo, tales como: “es quien presta los útiles”, “quien ayuda al que lo necesita”, “quien pasa las tareas”, “quien se preocupa por lo que le pasa al otro” y una larga lista de etcéteras. Así, en un grupo de veinte chicos, termina ganando alguien que consiguió, por poner un ejemplo, tres votos (los tres amigos del niño ganador).

Y esto no se soluciona con una simple charla y llamado a la reflexión por parte del docente; los chicos seguirán utilizando sus esquemas habituales.

Lo curioso de la escuela tradicional es que, en estos aspectos, resulta prácticamente imposible salirse del esquema y pensar en estrategias alternativas. Por más que uno pueda encontrarle la vuelta, hay una obligación y un mandato de que se elija al mejor compañero y se le entregue la medalla en el acto correspondiente. Y aquí es cuando me pregunto: ¿y si hay más de un compañero que reúne los requisitos? ¿Y si ninguno lo merece? ¿Podríamos, haciendo uso de un poco de coherencia y de integridad, declarar desierto el premio?

Evidentemente para cambiar esta estructura anquilosada, necesitaríamos ponernos de acuerdo entre todos los docentes y el equipo directivo…. tarea que resulta de una complejidad asombrosa.

Sin embargo, para no hundirnos en el mar de la desazón y de la desesperanza, podemos pensar en algunos cambios en la forma de la elección del mejor compañero. De este modo, aunque tengamos que entregar una única medallita año tras año, lo habremos hecho de un modo más consciente.

PROPUESTA

Podemos entregar a los chicos una planilla como la que sigue (Clic aquí para su descarga):

Nombre del estudiante nominado: _______________________________________________________

Esta tabla, a la que se le pueden agregar / quitar ítems, tiene como principal objetivo que los chicos puedan reflexionar con un poco más de profundidad, quién sería merecedor de la distinción.

Para completarla, los chicos pueden seguir dos caminos: 1) piensan en un compañero que para ellos es merecedor del premio y colocan cruces en los lugares correspondientes: “nunca”, “a veces”, “siempre”, “no lo sé”. 2) piensan en todos sus compañeros y eligen aquél que reúne la mayor cantidad posible de “siempre”.

Aquellos chicos que optan por la primera estrategia, probablemente lo hagan teniendo en cuenta de elegir a su mejor amigo. Sin embargo, al puntuar cada ítem, seguramente no en todos los enunciados opten por colocar “siempre” (para ello, es importante trabajar sobre la sinceridad a lo largo del año) y esto los ayudará a ver que su mejor amigo, puede no ser quien reúna todos los requisitos para ser el mejor compañero.

Aquellos niños que optan por la segunda estrategia, podrán comenzar a trabajar sobre distintas variables, pudiendo hacer una reflexión más profunda sobre los criterios de selección y quién los reúne en mayor medida.

¿Cómo es el procedimiento de elección?

Una vez que los chicos completaron la planilla, colocan el nombre del compañero (es mejor dejarlo para el final, para que nadie vea a quién se está puntuando) y entregan la hoja al docente.

El maestro leerá los nombres que hayan salido y los colocará una vez en el pizarrón. Cada alumno recibirá un puntaje, según como hayan sido puntuados. Nunca = 0 puntos. A veces= 1 punto. Siempre = 2 puntos. No sé = no computa (aunque también se puede discutir el ítem correspondiente en el grupo grande, para determinar si el compañero es merecedor o no en dicho apartado).

Si aparece otra hoja con un nombre que ya haya salido, no se vuelve a anotar el nombre del compañero, sino que se suma su  nuevo puntaje.

Será ganador quien reúna la mayor cantidad de puntaje.

Este trabajo se puede enriquecer, contando a los niños cómo fueron vistos por sus compañeros (anónimamente) en cada uno de los ítems. De este modo la actividad cumplirá un doble propósito: elegir al mejor compañero y oficiar de “feedback actitudinal”.

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