Es muy común escuchar que en las escuelas está prohibido el uso de la Wikipedia o que se desaconseja totalmente su consulta.
Bueno, SÍ y NO a lo que dice la seño. Voy a intentar aportar un poco de luz para poner a la Wikipedia en su justo lugar.
Es cierto que «cualquiera puede escribir» pero con ciertas limitaciones. Por ejemplo: dentro de un artículo, hay partes del texto que no se pueden modificar porque ya hay un común acuerdo que esa información es correcta y no se debe seguir editando (por ejemplo: datos estadísticos, el nombre de un prócer, fechas claves en la historia de un país, etc). O sea que desde ya, la Wikipedia no tendría TODO MAL (como algunos suelen afirmar).
Por otro lado, esta escritura si bien la puede hacer cualquier persona con acceso a Internet, no es completamente anónima. Si el usuario edita el artículo sin registrarse en la página, su IP (es como su dirección física), queda registrada. Si por el contrario, decide crearse una cuenta, será menos anónimo que en el primer caso. Ya sé que habrá algunos tecnófilos y nerds que dirán que estas medidas son básicas ya que cualquiera puede usar una VPN o registrarse con un nombre falso pero… ¿quién se va a tomar la molestia de hacer esto para escribir información incorrecta en la Wiki?
Vimos entonces que la Wiki pone algunos límites y pautas. ¡Sigamos!
Supongamos que yo tengo toda la mala intención de escribir información difamatoria sobre algún político o de golpe se me ocurre escribir que la capital de Argentina es Taiwan. ¡Hagan la prueba! Lo que observarán es que a los pocos minutos, algún usuario habrá corregido mi escrito o lo habrá marcado para su revisión. Esto sucede, porque así como seguramente hay gente que por malicia o ignorancia, escribe cualquier cosa, hay otros cientos de personas detrás que enmiendan el error.
Así, por la sabiduría colectiva, se logran textos matizados, que pueden llegar a contener algún error pero no suelen ser graves (pueden referirse a detalles sobre un tema o puntos de vista distintos sobre un asunto polémico).
Otro aspecto interesante es que la Wikipedia solicita que los artículos estén respaldados por fuentes bibliográficas, que se deben incluir al pie de cada texto. Así, lo que está escrito no es una mera opinión de alguien sino una afirmación respaldada.
Atacamos mucho a la Wikipedia, aún sabiendo que tiene una comunidad inmensa de usuarios alrededor del mundo, que donan miles de horas para formar una biblioteca inmensa y gratuita que esté al alcance de todos. Sabemos también que la Wiki tiene muchos mecanismos para garantizar su confiabilidad. Y sin embargo, en lugar de colaborar con su crecimiento (y por ejemplo pedirles a nuestros alumnos que escriban allí un artículo, en lugar de solo consumirlo), le hacemos una campaña negativa.
Es curioso, atacamos a la Wikipedia pero no decimos nada de los miles de blogs escritos por una sola persona o por un grupo que pretende transmitir cierta ideología. Ahí es donde resulta mucho más fácil encontrar errores graves o directamente mentiras, ya que el dueño del blog puede escribir sobre lo que se le ocurra y no hay ningún tipo de control sobre la veracidad de lo que afirma. Y estos blogs, aparecen en Google, al igual que aparece la Wikipedia. O sea que nuestros alumnos tienen acceso a ambas fuentes de información por igual.
Dejemos de actuar en piloto automático y de repetir la misma frase trillada una y otra vez. ¡Es hora de actuar de manera crítica!